Pulga del perro

(Ctenocephalides canis)

Biología:

Las pulgas tienen un cuerpo aplanado en los laterales y patas traseras adaptadas para el salto, que le proporcionan una enorme fuerza de impulsión. Son de color entre pardo y negro. Los insectos adultos viven como parásitos en seres humanos, mamíferos y aves y se alimentan exclusivamente de la sangre de sus huéspedes. Antes de la primera ingestión de sangre, las pulgas adultas pueden subsistir entre dos y ocho semanas sin huésped, pero luego necesitan chupar sangre como mínimo una vez al día para poder sobrevivir.

Las hembras depositan sus huevos sin orden en el entorno próximo a animales huéspedes. Las larvas, de aspecto filiforme, llegan a medir unos 5 mm, viven en el polvo o los residuos y se a alimentan ahí de material orgánico. Tienen una respuesta fototáctica negativa y se ocultan sobre todo durante el día en ranuras, grietas, tejidos y fibras de alfombras en la proximidad de sus huéspedes (por ejemplo, canastas para perros y otros sitios para dormir).

En los edificios residenciales aparecen normalmente a través de los animales domésticos.

La pulga del perro tiene una longitud corporal de 1,5 a 3 mm y puede confundirse muy fácilmente con la pulga del gato, de apariencia muy parecida. Ambos insectos poseen en sus mejillas y cuello una especie de "púas" (borde trasero del primer anillo dorsal). La distribución y el número de las "púas" son rasgos característicos de las diferentes especies de pulgas (características distintivas).

La mayoría de las pulgas no se alimenta de un tipo único de huésped, sino que tienen un huésped principal y varios huéspedes secundarios. Los huéspedes principales de la pulga del perro son el propio perro doméstico, el zorro y el lobo. Por otra parte, los huéspedes secundarios son entre otros el ser humano, el gato y el conejo domésticos.

 

Daños:

Las pulgas provocan picaduras dolorosas en seres humanos y animales domésticos, que desencadenan un picor desagradable. Las picaduras se realizan a menudo en línea porque la pulga realiza primero picaduras de prueba antes de la succión. Muchas especies de pulga han sido responsables de provocar epidemias de peste en siglos anteriores al actuar como transmisor del patógeno de la peste negra de las ratas a los seres humanos. Además, las pulgas pueden transmitir la tenia a perros y gatos cuando estos animales domésticos las muerden y tragan.