Ácaro de la cosecha

(Neotrombicula autumnalis)

Biología:

Los ácaros de la cosecha son muy pequeños, miden hasta 0,3 mm, son de color rojo anaranjado. Las larvas tienen 6 patas y los adultos 8. Pertenecen a la clase de los arácnidos.

El desarrollo del ácaro de la cosecha pasa por los estadios de huevo, larva, varios estadios de ninfa hasta convertirse en adulto.

Cuando el tiempo es húmedo, cálido y soleado, las larvas ya eclosionadas de los huevos depositados previamente en el suelo comienzan a trepar por la vegetación y esperan a los huéspedes potenciales a una altura entre 5 y 20 cm.

Sus huéspedes suelen ser pájaros y pequeños roedores, pero también perros, gatos o seres humanos, a los que se adhieren por contacto en la hierba.

Una vez en la piel de su huésped, al igual que las garrapatas buscan espacios húmedos y cálidos y con piel fina. Con su aparato bucal raspan la piel y segregan una secreción salival que disuelve el tejido. Se alimentan de forma habitual de jugos celulares y linfa, y solo de vez en cuando atacan vasos sanguíneos para chupar sangre. Después de la ingestión se dejan caer y se desarrollan en tres estadios de ninfa hasta convertirse en adultos, que ya no viven de forma parasitaria, sino en el suelo. El ser humano es en realidad un huésped accidental. Por esa razón, solo chupan su sangre ocasionalmente y le abandonan poco tiempo después de haber sido recogidos al aire libre y llevados a su vivienda. Ese es el motivo por el cual es posible encontrarlos en el polvo del suelo.

 

Daños:

Los ácaros de la cosecha aparecen en el campo de forma frecuente sobre todo en los cálidos días del final del verano. ¡Solo sus larvas chupan de seres humanos y animales, en el estadio imaginal no viven de forma parasitaria!

Al chupar la sangre provocan desagradables y molestas erupciones cutáneas (la conocida como trombidiasis), una dermatozoonosis. Se trata de un picor que puede llegar a ser insoportable, en especial en el calor de la cama.